lunes, 15 de agosto de 2011

OTRA EXPERIENCIA SELVÁTICA

Tras otra semana de duro trabajo, llega de nuevo el fin de semana. ¿Qué será esta vez? ¿Piscinas naturales, cuevas oscuras, excursiones interminables, pueblos hippies…? Pues nada menos que una visita a la emblemática Laguna Lachuá, o su traducción literal al español "Laguna Apestosa por el olor a azufre/huevo podrido que desprende", cosa que no fue tan cierta.














Sábado por la mañana, nos despertamos dos horas más tarde de lo deseado resultado de una ya típica fiesta cobanera repleta de reggaetón, risas e Indita. Una vez en pie, vamos al supermercado a aprovisionarnos de víveres para sobrevivir una noche en una tienda de campaña en medio de la selva: pan, queso, pavo, atún, zumo, “cereales”… Con todos los insumos, agarramos el auto rumbo a la zona Lachuá donde una vez allí tuvimos que caminar 4 kilómetros hasta llegar al camping situado frente a la Laguna. Con la mochilas llenas hasta los topes, para pasar tan solo una noche, caminamos alegremente hasta que empezó a oscurecer, momento en que las linternas de cabeza, linternas estilo dinamo, y linternas tamaño XXL de los chinos fueron de grandísima utilidad. Por si la oscuridad más profunda de la selva no fuese suficiente, una tormenta estalló sobre nosotros aumentado nuestro temor de topar con un puma, una cobra o un mono aullador. No faltaron los gritos, los trotes y la confusión de hojas y raíces con estos peligrosos animales, a pesar de que al final solo vimos un lagartito y una araña. Yo diría que más de uno temió por su vida. Eso si, nos reconfortábamos los unos a los otros con un simple: ¡¡Esto es una experiencia!!



Finalmente llegamos todos sanos y salvos, aunque empapados. Rápidamente nos dispusimos a montar las carpas, cambiarnos de ropa, cenar… Más entrada la noche, conocimos a unos Catalanes que también andaban en un programa de cooperación en el cual cada día visitaban una familia indígena. El intercambio de experiencias, vivencias y diferentes puntos de vista creo fue muy interesante y divertido para todos y más aun acompañado de una copita de Ron Botrán 5 años, nuestro preferido. La velada terminó con un baño rápido de algunos de nosotros en la preciosa Laguna iluminada por la luz de la luna llena y más tarde con la contemplación del amanecer.





A la mañana siguiente, un poco doloridos por la falta de esterillas (Núria y Fátima acabaron durmiendo en unas hamacas al aire libre siendo devoradas a su vez por los inmensos zancudos) nos dirigimos hacia la Laguna. Todo un lujo la verdad, poderse bañar en un paraíso natural rodeado de naturaleza salvaje sin construcciones ni staff controlando que no te bañes más allá de lo permitido. Creo que en este caso una foto vale más que mil palabras, ¡así que juzgad vosotros mismos!
















Guatemala no nos deja de sorprender y parece que nunca dejara de hacerlo. La belleza natural, las costumbres y la forma de vivir aún son para nosotras un enigma en proceso de resolver.

A: ¿Vamos a caminar por la selva en noche cerrada?
B: ¡Esto es parte de la experiencia!

A: ¿No hay ni una luz en todo el camping?
B: ¡Esto es parte de la experiencia!

A: ¿Vamos a dormir 6 en una carpa de 3 sin esterillas?
B: ¡Esto es parte de la experiencia!

A: ¿El baño es una letrina y no hay agua?
B: ¡Esto es parte de la experiencia!

A: ¿Vamos a ir 7 en un auto?
B: ¡Esto es parte de la experiencia!

A: ¿Vamos a bañarnos en el espejo natural más grande del mundo?
B: ¡Esto es parte de la experiencia!




5 comentarios:

  1. Firmad las entradas!!!
    Me dais una envidia del tamaño de Guatemala por lo menos.

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  2. Me encanta la entrada escritora! y seguirá siendo un secreto quien escribe ;)

    Fdo.

    Las Cobaneras =)

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  3. o los ojos de un crocodile

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  4. caraaaaaay com us ho monteu! quina enveja em feu!!!!!!!!!!!!!!1
    gloria

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