martes, 26 de julio de 2011

UN FIN REPLETO DE AVENTURAS

Descripción del fin de semana en una palabra: INCREIBLE.

Pero si lo analizamos más a fondo, podríamos asociarlo con palabras tales como miedo, cansancio, peligro y muchas risas y diversión. ¡Ahí va muchá!

El sábado por la mañana, a eso de las 7.30h, nos juntamos todos (un total de 9) y agarramos un carro (hmm ¿sí?, íbamos todos en un solo auto) para hacer una excursión y visitar el famoso Salto de Chilascó que, con 130 metros de altura, es la cascada más alta de centro américa. Pero comencemos por el principio vos.

El camino hasta allí fue una odisea: todos muertos de sueño, al ritmo de famosas canciones de éxito de reggeton, matamos una mosca verde con una botella de ron blanco porque se hizo caca encima nuestra, ¡una vergüenza! La matanza de bichos no acabó ahí, pues Alessia batió el record Guiness de matar insectos con la cara, en su afán por ir de pié en los picops. Al llegar al inicio de la caminata estábamos todos motivados y con muchas ganas, pero al empezar a descender nos percatamos de los peligros que nos esperaban a lo largo del camino. La bajada, de mínimo 40% de pendiente, tenía un hándicap adicional: era la zona por la que pasa un río cuando llueve, por lo que eso resbalaba más que las pistas de patinaje sobre hielo. El resultado puede apreciarse en los limpios zapatos de Paula. 


Lo mismo ocurría ya cerca de la cascada, dónde las rocas eran absolutamente traicioneras debido al agua que les caía de la cascada. Tengo que decir que cayó todo el mundo al suelo, a excepción de aquí la escritora. No es por alardear pero llegué bastante limpita a casa, jajaj. Como había algunos que no aceptaban haberse caído, tuvimos que ponernos de acuerdo sobre la definición de caer: que tu culo toque al suelo. ¿Sabés vos? 

Al final, el arduo camino valió la pena y la visión de la cascada a escasos metros nuestros fue realmente impactante. Está bien linda, la verdad.
Tras tan agotadora experiencia a modo de recompensa, y tras haber visto frustrado nuestro intento de visitar el museo del azúcar (los empleados estaban de huelga), nos fuimos a una piscinita a hacer el aperitivo. El día no acabó ahí, pues al llegar a Cobán hicimos ducha y nos reunimos de nuevo con los guatemaltecos para pasar una agradable velada a luz de las velas. 

El domingo no se quedó corto de aventuras y riesgos, algunos realmente sufrieron por su vida. Fuimos a hacer rafting en el río Cahabon y, tras unas explicaciones con todo lujo de detalles y representaciones teatrales (en tierra) nos embarcamos en la experiencia. 
Todo parecía ir viento en popa, el río era calmadito, al puro estilo Guatemalteco, así que creímos no peligrar en absoluto. Los primeros rápidos fueron divertidos y los pasamos todos sin problema. Pero llegó el momento de los rápidos peligrosos (nivel 4 dicen) y nos dijeron “nosotros no hemos volcado nunca, no se preocupen, pero vayan con cuidado pues hay muchas rocas y sería peligroso”. Todos despreocupados, reíamos, hasta que unos se encontraron en el agua, arrastrados por los rápidos; y los otros intentábamos no perder el equilibrio mientras procurábamos no perder tampoco de vista a los náufragos. Las caras de espanto de estos fueron increíbles, dignas de retrato. Fue un susto considerable para todos, aunque luego nos riésemos del mal trago. Se dice que el culpable fue Dubon, que deseaba pegarse un chapuzón, pero no tenemos pruebas para acusarle. La travesía duró aproximadamente 3 horas y al acabar volvimos a Cobán, a casa de Juan y Alejandro, a tomar unas boquitas y degustar el famoso ron Zacapa 23 años, una maravilla para el paladar. El tiempo voló entre risas e historias de juventud, y nuestra idea de ir al cine y a cenar también se esfumó junto al viento. ¡La pasamos realmente bien!

La buena vida de fin de semana llegó a su fin, o mejor dicho la pusimos en pausa, y las chavas hemos vuelto a adoptar una actitud responsable, aunque esta semana sólo sea de 4 días laborales. ¡Petén y Tikal se acercan!

.…no sabes muy bien dónde estás, sólo sabes que estás muy bien.

lunes, 25 de julio de 2011

DÍA A DÍA EN COBÁN

Cada mañana entre sábanas humedecidas por el clima del pulmón en el que vivimos nos enfrascamos en la habitual lucha a muerte de a ver quién se ducha en segundo lugar y se queda en la cama los gloriosos diez minutos del snoozer - alias “sueñecito” en guatemalteco. La ducha es toda una historia. ¿Por qué los grifos se abrirán en sentido contrario? ¿Tendrá algo que ver con el cambio de hemisferio? Una vez en la ducha, o mejor dicho área del baño separada por una cortina, pillar un tramo de agua caliente es todo un hándicap. Una de nosotras, el otro día,  escuchó rumores sobre la existencia de grifos de ducha únicos, en los que al girar la manilla el teléfono expulsa agua fría en grandes cantidades, convirtiéndose en caliente a medida que pasa el tiempo hasta el punto de ebullición, momento en el que el proceso de higiene personal debe ser abandonado por condiciones extremas insostenibles.


Definitivamente, los grifos de Guatemala proporcionan tema de conversación durante los largos 30 minutos que debemos esperar a que el desayuno aterrice en la mesa. Cuando finalmente conseguimos ingerir algo, nos dirigimos hacia la parada para agarrar uno de los intrépidos buses abarrotados de gente del recorrido Cobán – Carcha, pueblo en el que trabajamos.  Se dice que Guatemala es uno de los países más peligrosos del mundo, pero ya os digo yo que el motivo principal de esa atribución son estos minibuses, en los que ir de pié supone un acto de temeridad. A pesar de apoyarse en las barras y mantener los pies en paralelo en posición básica de equilibrio, existe una probabilidad muy alta de salir disparado por la puerta, que obviamente siempre esta abierta para recoger el máximo de personas.


La jornada laboral transcurre sin más, 8 horas diarias de redacción de manual financiero. Pim, pam  reunión arriba reunión abajo. A las 5 de la tarde, tomamos de nuevo los busitos para continuar con nuestra tarde. Una de nuestras actividades habituales se basa en el gimnasio femenino “Total Fitness”, situado en un segundo piso a una cuadra de nuestro hostal. Entramos en la sala “habilitada” para ello y comenzamos una clase de los llamado aeróbicos junto a una treintena de Guatemaltecas que no parecen haber hecho ejercicio en su vida. La clase empieza: todas mueven sus caderas al son de la música tecno-salsera aguantando con estilo una serie tras otra hasta el final. Si alguien cree que está en forma por asistir satisfactoriamente a las clases del Dir o del Lloyd, va muy equivocado. Las cinco situadas en las últimas filas, para evitar entorpecer la clase, nos movemos cuales patos a punto de tener un infarto tratando de mover las caderas con un mínimo de ritmo. Lo peor sin duda es el recuento que lleva la profe de las series, totalmente desconcertante por no seguir ninguna estructura lógica reconocible por nuestras habilidades analíticas. Lástima. Eso sí, ¡la cerveza posterior merecida!



Si he conseguido arrastrar a alguien hasta este punto de la lectura, comprenderá  que los días acá transcurren tranquilos y llenos de anécdotas. Los acontecimientos no dejan de sorprendernos y es por ello que una entrada dedicado a ello era obligado.


Bus: 6 Quetzales
Comida: 10 Quetzales
Gimnasio: 8 Quetzales
Cervecita: 12 Quetzales
* 1 Quetzal = 10 Céntimos de Euro

Vivir lo que estamos viviendo y además aprobar Finanzas II, ¡no tiene precio!


¡VAYA!

miércoles, 20 de julio de 2011

Entre marcianitos, vikingos y duendes..


Mentalizadas para pasar nuestro primer verano sin fiesta, bailes y licor (como dicen aquí!) tomamos rumbo para Guatemala. Tras estar unos cuantos días en Cobán y sentirnos como en casa, las ganas de fiesta empezaron a aflorar. Decir que las música movida que nos pone Carlos todos los días en la oficina contribuyó bastante al asunto. De modo que al llegar el jueves, como buenas universitarias, decidimos salir. La primera parada fue el super para comprar aprovisionamiento. Tras 20 minutos de discusión sobre si el 7up era Sprite o Fanta Limón, ya que aquí las cosas se llaman igual que en España pero acostumbran ser bastante distintas, volvimos al hostal y tomamos “un poco”. Habíamos oído todo tipo de comentarios sobre si las discotecas eran peligrosas o no. Pero debido a que la discoteca estaba cerca, lo sabíamos porque se escuchaba la música igual de bien en nuestra habitación que en la misma pista de baile  y que nuestro queridísimo Kevin (recepcionista/camarero/limpiador del Hostal) decidió acompañarnos, decidimos ir.


La zona Gallo (nombre de la discoteca), no estaba exactamente llena esa noche ya que creo que aquí no se ¨estila¨ (como diría Aurora) salir los jueves. No obstante, recibimos muchas propuestas de bailar de los chicos/hombres que habían en la disco, ya que muy a nuestro pesar, aquí en Guatemala, se baila en pareja. Pero tras ver el auténtico ¨perreo¨ que aquí llaman bailar en pareja, aunque fuera de mala educación, tuvimos que rechazar las propuestas. Bailamos solas, esperando que así lo podamos poner de moda. La conclusión del final de la noche fue: Repetiremos!
Llegó el sábado, y fieles a nuestras palabras, repetimos. Por repetir, repetimos hasta el mismo 7up y  discoteca. Pero eso sí, cambiamos de compañía. Conocimos a Ennio y Dubón, dos chicos muy simpáticos y caballerosos, amigos de las ¨Esadinas¨ que visitan cada año a Cobán, por lo que nosotras no íbamos a ser menos. Con ellos pasamos una buena noche, tan buena que solo pudimos dormir cuatro horas. Hay que decir que la zona Gallo da para mucho, más que nada es mejor disfrutar del reggaetón en la pista de baile que no en la cama intentando dormir.
Reventadas de nuestro impresionante fin de semana, que aunque Laura ya lo remarco en la entrada anterior, yo lo quiero volver a remarcar: fue IMPRESIONANTE! Lo único que queríamos hacer es ir a dormir. No obstante, Ennio, Dubón y Diego (otro amigo) tenían otros planes para nosotras. Fuimos a casa de Dubón, muy bonita por cierto, y entre marcianitos, vikingos y duendes pasamos la noche. Para los padres que lo lean, aclaro que son juegos, juro que no fumamos nada! Las agujetas en los abdominales del día siguiente no fueron del gimnasio al que nos hemos apuntado (que también tiene historia para rato), sino de lo que nos reímos la noche anterior, ya que jugar a los tres juegos a la vez es bastante más divertido. Destacar que el que mejor nos cayó fue Filippo, con 6 meses estaba enorme! No pensaba que me encontraría con un italiano en Guatemala que tomara tanto hielo! Vale vale, aclaro, Filippo es el gran danés de Dubón, que es precioso por lo que merecía mención.




Este capítulo era una demanda particular de nuestras amigas, espero que lo disfruten. Y que los padres no se preocupen, que estamos perfectas!
Si tienes que tomar y manejar, toma 7up.
Pd: el 7up acabó siendo limonada.

martes, 19 de julio de 2011

Una ciudad en medio de un pulmón.


A penas hemos tenido tiempo desde el jueves pasado ni de respirar. El sábado nos tocó conocer a Alvaro. Un hombre tan majo oye. Fue nuestro guía durante el día del sábado. El camino hacía Semuc Champey discurrió sin ningún tipo de impreviso hasta que llegamos hasta Lanquín donde acogimos a un puñado de guiris en nuestra picop. Tras haber pasado ya una semana y haber sentido en nuestra piel las continuas lluvias empezamos a darnos cuenta de cual era el “schedule” (como dice Aurora) del cielo Guatemalteco. Por ello, Alessia tuvo la idea de invertir el orden de visita de la excursión. ¡Sin duda alguna ganamos!

La primera visita era Semuc Champey: el mirador y las pozas. El mirador era bien bonito, ¿si? Bien, bien bonito, solo cuando ya estuvimos en el mismo mirador, ya que la subida fue enormemente empinada no, lo siguiente. Una vez arriba no queríamos hacer otra cosa que bajar para poder disfrutar de lo que veíamos desde ahí arriba creo. Fijaos si teníamos calor y sed que no nos importaban las consecuencias de beber agua “pura” del mismo río Cahabón.




Las pozas son tan bonitas como aparecen en las fotos de las guías,  de Google y de Wikipedia o aún mejor. Puede que sea de los sitios más bonitos que hayamos pisado. Era una auténtica piscina de agua dulce. Pero creo que nos quedaremos con el momento en que Fátima descubrió e inauguró un tobogán natural y se llevó a un par de guiris que venían con nosotras por delante.

Después de comer en 6 minutos y un poco más le tocó el turno a la cueva, el trampolín y surcar el río en flotador, o como dicen aquí, el tubbing. Sin duda, el temita de la cueva no era lo que esperábamos, era mucho mejor. Fue una mezcla entre adrenalina, miedo y las manos de Rogelio. Durante una hora y media caminamos por “las 3 Marias” con la iluminación de una velita que se apagaba con cualquier gota de agua. Bueno, si solo hubiera habido gotas….eran más bien cascadas que nos venían encima a la vez que debíamos subir escaleras, trepar o nadar con una sola mano. Pero no os asustéis, ¡que aquí estamos! La verdad es que fue muy divertido pero solo cuando ya hubimos salido. Pero no contentas con la excursioncita aún tuvimos ganas (algunas) de tirarnos elegantemente al río desde un columpio y dejarnos arrastrar por la corriente del Cahabon un poco más de la cuenta, algo en lo que Nuria tiene mucha experiencia. Y basta por hoy! Basta, porque al día siguiente no pudimos a penas movernos de las agujetas que teníamos. Aunque la verdad es que tampoco tuvimos la oportunidad de movernos demasiado vaya. La visita a las cuevas candelaria no fueron lo que esperábamos, ni el chofer o el guía o lo que fuese ni muchos menos el precio que habíamos pagado por la del domingo. Teniendo en cuenta las expectativas tan altas del día anterior es normal que estuviéramos más desilusionadas. Rogelio, Alvaro, Semuc Champey y las 3 Marias se habían portado demasiado bien con nosotras. Y viva Doña Yema también, ya de paso.

(FIN)

-Chema, ¿por donde puedo coger un el autobús?

-Obviamente, ¡por el tubo de escape!!!!!




sábado, 16 de julio de 2011

Visita a Don Bosco Semochoc

Por fin nos levantamos con un rayo de sol en Cobán, parece ser que vamos a descubrir otra Guatemala distinta… con otro color! Aunque con un poco de cansancio (el aerobic-salsa que se lleva aquí es de otro nivel… y más si le sumas unos bailoteos nocturnos a lo costa), hoy nos esperaba un día muy interesante!! Las 3 del proyecto de Microcréditos nos vamos a otra aldea rural donde un grupo de 15 mujeres indígenas (algunos maridos e hijos también) nos esperaba. Nos iban a demostrar lo que han ido aprendiendo acerca de cultivos y cría de pollos, cerdos y chivos (pavos) en el proyecto de nuestra Fundación en el que participan.

El trayecto en la pick-up ha variado un poco dado que ni íbamos fuera ni llovía…pero los botes dentro del coche han sido peores!! Una prueba de equilibrio en toda regla…porque, qué es el cinturón?! Como dijo el profesor Juan, “las reglas existen…pero sólo en el papel”! Son tan felices así… Bueno, el caso, ha merecido la pena por llegar y ver la sonrisa de todos los que estaban reunidos! Nos estaban esperando! Y también la gallina que ha decidido unirse a último momento a la reunión. Tenían muchas cosas que compartir y enseñarnos, y no ha sido para menos! Alessia creo que sabe perfectamente como huele la pimienta y su historia después de la explicación en “quetzi” (idioma de esta área rural) del dueño de la casa, así como yo sé la del Cardamomo! Por otro lado, Laura ha puesto en juego su estómago probando el “pastel de sangre”.



En resumen, ha sido una experiencia inolvidable. Te hace pensar. Son gente que vive en unas condiciones mínimas. Personas que tienen lo justo para comer, pero que nos han ofrecido un delicioso caldo con las mejores piezas de carne que tenían, que ellos ni han probado! La fuerza que tienen, esa energía que les hace seguir cada día y ese interés por desarrollarse y superarse… es algo de lo que deberíamos aprender. Hoy ha sido un día especial.



Que la vida son dos días…y los dos está lloviendo!

jueves, 14 de julio de 2011

CHIQUIJI


6.30 de la mañana. Nos despertamos al son de Juan Luis Guerra, descansadas e ilusionadas con las expectativas del día que nos espera. Ducha con agua congelada, sin exagerar, pues tuvimos que escoger entre ventana o agua caliente, y ese fue el resultado. De un modo u otro, esto nos sirve para adentrarnos más en el país.

Alma, la encantadora cocinera del hostal, nos prepara un desayuno de lo más delicioso, al igual que las cenas, siempre media hora más tarde de lo acordado. Ya lo empezamos a asimilar, aquí el tiempo y la puntualidad funcionan diferente. Y haciendo caso estricto a esta certeza, hoy hemos llegado 10 minutos tarde al trabajo, obviamente no de manera voluntaria.


Ayer tuvimos la oportunidad de participar en las actividades de formación en una aldea rural indígena. Tras un largo trayecto en pick-up, empapadas hasta la ropa más íntima, empezamos a adentrarnos en caminos más angostos que ponían a prueba nuestras capacidades equilibristas. Los obstáculos del recorrido se nos olvidaron casi por completo al llegar a la aldea y ver las caras curiosas y extrañadas, e incluso algunas asustadas, que te retaban a acercarte, ganarte su confianza y arrancarles una sonrisa. 

De momento parece que todo va viento en popa, a excepción de alguna que otra indigestión (no entraré en detalles, no quiero ser desagradable, simplemente diré “de la vaca a la taza”). Estamos totalmente “IN” en el país, frecuentamos el gimnasio y alegramos las discotecas con nuestros movimientos de cadera latinos. Realmente damos MUCHO el cante, nos mira todo el mundo. Pero supongo que es parte de la experiencia.
Por otro lado, las 8 horas laborales se hacen a veces un tanto largas, y se tiene la sensación de no estar disfrutando del país todo lo que pudiéramos. Pero obviamente “estamos de prácticas, no de vacaciones” así que eso nos hará disfrutar de los fines de semana más de lo que lo haríamos, si cabe. Además el proyecto parece ser útil y a los que va dirigido están muy agradecidos así que hacen que valga la pena.

Por el momento eso es todo, que no es poco, aunque es un macro resumen del total.


Todos necesitamos un poco de SUD, para no perder el norte.

martes, 12 de julio de 2011

ANTIGUA




Nuestro primer día en Guatemola, ciudad de Antigua. Preciosa ciudad colonial rodeada por los volcanes Agua, Fuego y Acatenango. Despertadas a las 6 am por el tedioso Jet Lag, podemos ver el humo del volcán agua. ¿Si? En realidad dormíamos, pero se ve que es precioso.


Dos dias más tarde ya llegamos a Cobán, sedientas de aventuras y aprendizajes...