lunes, 25 de julio de 2011

DÍA A DÍA EN COBÁN

Cada mañana entre sábanas humedecidas por el clima del pulmón en el que vivimos nos enfrascamos en la habitual lucha a muerte de a ver quién se ducha en segundo lugar y se queda en la cama los gloriosos diez minutos del snoozer - alias “sueñecito” en guatemalteco. La ducha es toda una historia. ¿Por qué los grifos se abrirán en sentido contrario? ¿Tendrá algo que ver con el cambio de hemisferio? Una vez en la ducha, o mejor dicho área del baño separada por una cortina, pillar un tramo de agua caliente es todo un hándicap. Una de nosotras, el otro día,  escuchó rumores sobre la existencia de grifos de ducha únicos, en los que al girar la manilla el teléfono expulsa agua fría en grandes cantidades, convirtiéndose en caliente a medida que pasa el tiempo hasta el punto de ebullición, momento en el que el proceso de higiene personal debe ser abandonado por condiciones extremas insostenibles.


Definitivamente, los grifos de Guatemala proporcionan tema de conversación durante los largos 30 minutos que debemos esperar a que el desayuno aterrice en la mesa. Cuando finalmente conseguimos ingerir algo, nos dirigimos hacia la parada para agarrar uno de los intrépidos buses abarrotados de gente del recorrido Cobán – Carcha, pueblo en el que trabajamos.  Se dice que Guatemala es uno de los países más peligrosos del mundo, pero ya os digo yo que el motivo principal de esa atribución son estos minibuses, en los que ir de pié supone un acto de temeridad. A pesar de apoyarse en las barras y mantener los pies en paralelo en posición básica de equilibrio, existe una probabilidad muy alta de salir disparado por la puerta, que obviamente siempre esta abierta para recoger el máximo de personas.


La jornada laboral transcurre sin más, 8 horas diarias de redacción de manual financiero. Pim, pam  reunión arriba reunión abajo. A las 5 de la tarde, tomamos de nuevo los busitos para continuar con nuestra tarde. Una de nuestras actividades habituales se basa en el gimnasio femenino “Total Fitness”, situado en un segundo piso a una cuadra de nuestro hostal. Entramos en la sala “habilitada” para ello y comenzamos una clase de los llamado aeróbicos junto a una treintena de Guatemaltecas que no parecen haber hecho ejercicio en su vida. La clase empieza: todas mueven sus caderas al son de la música tecno-salsera aguantando con estilo una serie tras otra hasta el final. Si alguien cree que está en forma por asistir satisfactoriamente a las clases del Dir o del Lloyd, va muy equivocado. Las cinco situadas en las últimas filas, para evitar entorpecer la clase, nos movemos cuales patos a punto de tener un infarto tratando de mover las caderas con un mínimo de ritmo. Lo peor sin duda es el recuento que lleva la profe de las series, totalmente desconcertante por no seguir ninguna estructura lógica reconocible por nuestras habilidades analíticas. Lástima. Eso sí, ¡la cerveza posterior merecida!



Si he conseguido arrastrar a alguien hasta este punto de la lectura, comprenderá  que los días acá transcurren tranquilos y llenos de anécdotas. Los acontecimientos no dejan de sorprendernos y es por ello que una entrada dedicado a ello era obligado.


Bus: 6 Quetzales
Comida: 10 Quetzales
Gimnasio: 8 Quetzales
Cervecita: 12 Quetzales
* 1 Quetzal = 10 Céntimos de Euro

Vivir lo que estamos viviendo y además aprobar Finanzas II, ¡no tiene precio!


¡VAYA!

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